En muchos foros se discute, desde hace años, el papel beneficioso del paciente
informado (e-paciente o cualquier otra denominación) en el diagnóstico, tratamiento y
seguimiento de la enfermedad que le afecte. No hay ninguna duda de que esto es así.
Todos sabemos las diferencias que hay en la entrevista con un paciente que sabe
expresar con claridad sus síntomas, los sabe ordenar en el tiempo, e incluso, tiene una
idea previa sobre el origen de lo que le puede estar aconteciendo.
También vemos cada día en la consulta, la dificultad que existe en el abordaje de los
problemas de aquellos pacientes que definen mal su situación o son incapaces de
concretar determinadas cuestiones que a nosotros nos ayudan a estructurar la
entrevista. La ley de cuidados inversos nos avisa, también, de que hacemos menos caso
a los segundos.
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