Sin embargo son tantas las banalidades que acuden al servicio, por mal uso y falta de educación sanitaria, que las colas pueden llegar a ser considerables.
Las críticas sobre la “lentitud” de los médicos están a la orden del día, pero es fácil criticar desde la ignorancia y el nerviosismo de la sala de espera (a nadie le gusta estar esperando, es totalmente comprensible).